sábado, 21 de noviembre de 2009

Combatiendo la corrupción con la participación

Uno de los derechos más importantes de los ciudadanos es el de no ser víctimas de la corrupción.
El acompañamiento y supervisión permanente de la conducta de los administradores públicos es una forma esencial de controlar la corrupción. Para eso es necesario información.
La corrupción puede ser apuntada como una de las causas de la pobreza en las ciudades y en el país -El ejercicio de la ciudadanía presupone participación
. Los ciudadanos organizados deben exigir comportamiento ético de los poderes y eficiencia en los servicios públicos.
La corrupción corroe la dignidad del ciudadano, contamina a los individuos, deteriora la convivencia social, arruina los servicios públicos y compromete la vida de las generaciones actuales y futuras. El desvío de los recursos públicos no sólo perjudica los servicios, sino que también lleva al abandono de obras indispensables para la ciudad y el país. Al mismo tiempo, estimula la formación de grupos que pueden evolucionar para el crimen organizado, el tráfico de drogas y armas. Un tipo de delito atrae a otro y casi siempre están asociados.
El efecto de la corrupción se percibe por la carencia de partidas para obras públicas y para la manutención de los servicios de las ciudades, lo que dificulta la circulación de recursos y la generación de empleos y riquezas. Los desvíos de recursos públicos condena a la nación a un sub desenvolvimiento económico crónico.
Por eso el combate de la deshonestidad en las administraciones públicas debe estar constantemente en las pautas, como modelo de las personas que se preocupan por el desenvolvimiento social y sueñan con um país mejor para sus hijos y nietos.
Los que comparten la corrupción, activa o pasivamente, y los que de ellas toman algún tipo de provecho, deben ser responsabilizados. No sólo en términos civiles o criminales, sino también éticamente, pués los que lo practican de una u otra forma hacen que se acepte como hecho natural en el día a día de la vida pública y que sea admitido como algo normal en lo cotidiano de la sociedad.
Es inaceptable que la corrupción pueda tener espacio en la cultura nacional. El combate de las numerosas modalidades de desvío de recursos públicos debe constituirse en un compromiso para todos los ciudadanos y grupos organizados que quieran contruir una sociedad justa y solidaria.
Las acciones anticorrupción son complejas, pues envuelven diferentes aspectos que se entrecruzan:
políticos, jurídicos, legales, formales, estratégicos, de motivación y movilización popular. Una falla o un error en cualquiera de esos procedimientos puede beneficiar o fortalecer a los corruptos.
El padrón típico de corrupción identificado es típico de muchas ciudades . En vez de procurar cumplir sus promesas electorales en beneficio de la población, los elegidos usan esas mismas promesas para emplear amigos y parientes, para favorecer a aquellos que colaboraran con sus campañas o para privilegiar algunos comercian-tes “amigos” en detrimento de otros. Gran parte del presupuesto del municipio es orientado en provecho del pequeño grupo que asume el poder municipal y se beneficia de esa situación.
Una estrategia utilizada habitualmente para el desvío de recursos públicos se da por medio de resoluciones ficticias que son aquellas en las cuales los servicios declarados no son prestados o los productos detallados no son entregados.
Los Tribunales de Cuenta del Estado tiende a verificar solamente aspectos formales del gasto. El órgano fiscalizador no entra a verificar si la factura contabilizada es falsa o no, si la empresa es fantasma o no; si el valor es compatible con el servicio o no; si el procedimiento licitatorio fue montado o conducido adecuadamente o no. El Tribunal sólo examina estas cuestiones cuando es estimulado específicamente. Sino, así vea algo irregular se mantiene en sus procedimientos.
Como las mayorías de las veces, los aspectos formales son observados cuidadosamente por los que defraudan, el Tribunal, al aprobar las cuentas del municipio, acaba por pasar como idóneos a un gran número de corruptos y exime públicamente de culpa a quien desvía dinero público en el país.
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Señales de irregularidades que no son necesariamente de corrupción pero que requieren una atención especial:
• falta de transparencia en los actos administrativos de los gobernantes;
• ausencia de controles administrativos y financieros;
• Subordinación del Legislativo y de los Consejos municipales;
• Bajo nivel de capacitación técnica de los colaboradores y ausencia de entrenamiento de funcionarios públicos;
• Alejamiento de la comunidad en cuanto al proceso presupuestario.

Material traducido de la publicación de Ribeirão Bonito
fuente

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